Fin de semana
Fin de semana/1
Yo pensaba que aquel pueblo estaba diseñado para los turistas. En medio del Pirineo, desde allí era fácil acceder a las pistas de esquí (yo nunca he esquiado, pero me aseguraron que esas pistas eran realmente buenas). Todas las casas parecían refugios, y casi todas tenían terrazas. Además, en la calle principal se veían tiendas de souvenirs; así que yo pensaba que aquel pueblo estaba diseñado para los turistas.
Woody Allen dijo de Oviedo que parecía sacada de un cuento de hadas. Luego un amigo me dijo que en esa ciudad parecía no concebirse el mal (también que era eso lo que no le gustaba). Y yo siempre pensé que el mal se escondía pero no aparecía en los lugares para turistas.
Fui a aquel pueblo a visitar a un amigo. Él no es de allí, pero trabaja construyendo carreteras, y esta vez le había tocado esa zona. Allí me enteré de que un alud se provoca por un simple desplazamiento en la superficie. También que un alud es capaz de tumbar y arrancar árboles enormes, aparentemente indestructibles (con esas raíces).
En uno de esos montes un alud mató a un esquiador del pueblo. Me lo contó este amigo, y yo recordé haberlo oído en las noticias. Nadie se explica cómo ocurrió. El chaval era un esquiador experto, pero se salió de la pista, cortó en perpendicular: desplazó la superficie. Lo que no recordaba era que el hermano estaba con él, que lo vio hundirse. Tampoco que intentó cavar con sus propias manos pero equivocó el lugar.
Me dijeron también que la mujer estuvo un año entero saliendo a la terraza de su casa y que allí se pasaba los días. Que la terraza daba a ese mismo monte. Que no cambió de casa.
Por lo demás yo pasé allí un gran fin de semana. Hicimos excursiones, barbacoas, conocimos los bares de alrededor.
Fue al irnos cuando me dijeron que el chico que nos atendió en la gasolinera era el hermano del esquiador.
Yo pensaba que el mal no aparecía en los lugares para turistas.
Fin de semana/2
Yo pensaba que aquel pueblo
estaba diseñado para los turistas.
En medio del Pirineo,
desde allí era fácil acceder a las pistas
de esquí
(yo nunca he esquiado, pero
me aseguraron que esas pistas eran
realmente buenas).
Todas las casas parecían
refugios,
y casi todas tenían terrazas.
Además,
en la calle principal
se veían tiendas de souvenirs;
así que yo pensaba que
aquel pueblo
estaba diseñado para los turistas.
Woody Allen dijo
de Oviedo
que parecía sacada de un cuento de hadas.
Luego un amigo me dijo
que en esa ciudad parecía no concebirse
el mal
(también que era eso
lo que no le gustaba).
Y yo siempre pensé que el mal se escondía
pero
no aparecía en los lugares
para turistas.
Fui a aquel pueblo a visitar a un amigo.
Él no es de allí,
pero trabaja construyendo
carreteras,
y esta vez le había tocado esa zona.
Allí me enteré
de que un alud
se provoca por un simple desplazamiento
en la superficie.
También que un alud es capaz de tumbar
y arrancar
árboles enormes,
aparentemente indestructibles
(con esas raíces).
En uno de esos montes un alud mató a un esquiador
del pueblo.
Me lo contó este amigo,
y yo recordé haberlo oído
en las noticias.
Nadie se explica cómo ocurrió.
El chaval era un esquiador experto,
pero se salió de la pista,
cortó en perpendicular:
desplazó la superficie.
Lo que no recordaba era
que el hermano estaba con él,
que lo vio hundirse.
Tampoco
que intentó cavar
con sus propias manos
pero equivocó el lugar.
Me dijeron también que
la mujer estuvo un año entero
saliendo a la terraza
de su casa
y que allí se pasaba los días.
Que la terraza daba
a ese mismo monte.
Que no cambió de casa.
Por lo demás
yo pasé allí
un gran fin de semana.
Hicimos excursiones,
barbacoas,
conocimos los bares
de alrededor.
Fue al irnos cuando me dijeron
que el chico que nos atendió
en la gasolinera
era el hermano
del esquiador.
Yo pensaba que el mal
no aparecía en los lugares para turistas.